La AIReF desvela que el Ejecutivo quiere aumentar los sueldos públicos un 1% en cuatro años, por debajo de la inflación.

El Gobierno planea que las pensiones crezcan en base al IPC. Pero solo lo hará por los siguientes cuatro años, ya que se ha comprometido con la Comisión Europea en el Programa de Estabilidad a eliminar esa vinculación.

La medida recuperaría entonces la subida anual del 0,25% que sería el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP), el indicador que se aprobó en la reforma de 2013 con el objeto de contener el gasto en pensiones, haciendo que se subieran un 0,25% y, en caso de bonanza, pod´rian subir un máximo del IPC más 0,5 puntos.

Esto es lo que se recoge en el informe sobre el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas la semana pasada, después de las elecciones.

En 2018 la revalorización de las pensiones al 0,25% se eliminó y volvió a retomarse la vinculación al IPC. Pero no se derogó la reforma, por lo que podía volverse a ella en cualquier momento.

A pesar de ligar las pensiones a ese 0,25% anual, según el Gobierno el gasto crecerá en 1,7 puntos hasta 2050 por la jubilación de la llamada «generación baby boom». Por parte de la Autoridad Fiscal se cree que el incremento del desembolso va a ser menor, de 0,5 puntos hasta 2050. El Ministerio del trabajo también se ampara en la estimación de la AIReF, un 1,3 puntos. La razón de estas discrepancias radica en los distintos escenarios demográficos y económicos en cuanto a Economía, Trabajo y AIReF.

Por parte de la AIReF, se estima que el saldo migratorio de ganancia anual de población será de 270.000 personas pero el Ejecutivo la baja a 125.000. Se trata así de un escenario pesimista y por el que deberían tomar reformas urgentes.

Las bonificaciones al empleo serán menores

Otra de las medidas que ha introducir el Gobierno es la de reducir el 60% de las bonificaciones al empleo, sobre todo en lo que puede afectar a tarifas planas de autónomos y a contratación a jóvenes y demás. El objetivo de esto es para reducir el déficit público en el informe a Bruselas.

Según la evaluación de la AIReF, el Ejecutivo espera reducir en 1.500 millones de euros el desembolso en bonificaciones al empleo.

A pesar de esto, al Autoridad Fiscal difiere de esas previsiones y, aunque Economía confía acabar con el déficit público para 2022, la AIReF cree que se seguirán superando los 6.000 millones de euros ese año, y que el PIB estará en el 0,5%.

Los sueldos de los funcionarios no subirán como se espera

Otra de las medidas del Gobierno para ahorrar en gasto es la de aumentar el suelo de los funcionarios solo el 1%, por debajo de la inflación, dejando así sin ampliar el acuerdo al que el Gobierno de Rajoy llegó con los funcionarios para subir el suelo hasta un 9% de 2018 a 2020.

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, firmó con los sindicatos de la Administraciones las subidas, que serían del 1,75% en 2018, del 2,25% en 2019 (con 0,25 adicional ligado al crecimiento del PIB) y hasta del 2,3% en 2020. Pero el Gobierno de Sánchez no ampliará esto para 2021 o 2022, lo que hará que pierdan poder adquisitivo a partir de 2020.

Más déficit, 6.000 millones

Uno de los factores clave en las estimaciones de déficit es el que, según el organismo que dirige José Luis Escrivá, para 2019 y 2020 los augurios de déficit del Gobierno serán del -2% del PIB y del -1,1% respectivamente. Pero para 2021 bajaría a un -0,4% y para 2022, el 0%.

AIReF no ve probable que vaya a subir solo un 1% el sueldo a los empleados públicos y que es necesario que se aprueben otras medidas como la financiación autonómica, el gasto sanitairos, etc.

Si el Gobierno eleva una décima el déficit estructural -el que va más allá de la mejora por el ciclo económico- y lo ajusta en cinco décimas en 2020 con la subida de impuestos, para 2021 y 2022 con esos recortes, la AIReF no está tan segura de que haya un ajuste tan «positivo» como establece el Gobierno y recuerda que faltan medidas.

La Autoridad Fiscal considera que, de los 0,5 puntos de desviación del déficit en 2022 frente al 0 del Gobierno, se debe a que el aumento de ingresos no va a ser tan potente como establece el Ejecutivo, y también a que el gasto va a ser mayor de lo previsto.

Los tributos deberían aumentar en 3.600 millones más de lo que dice Hacienda para cumplir con los ingresos públicos del 40,7% del PIB en 2022 y el gasto habría de contenerse en 2.400 millones adicionales si se quiere cumplir el objetivo de bajar del 41,1 al 40,7% del PIB.

De las tres décimas de desvío, una de esas décimas es debido a la contribución del ciclo económico. Las otras dos décimas son debidas al menor impacto de la subida de impuestos hasta 2022, incidiendo en IRPF y en Sociedades.

AIReF sí cree que el consumo irá mejor de lo previsto y augura que el IVA aumentará sus ingresos. Parte del desfase en IRPF será debido a que el Gobierno espera subir los salarios y los precios., por lo que los ingresos van a ser menores.

Finalmente, la reducción de gasto, que corresponde a las evaluaciones de la AIReF, se estima que puede haber algunas áreas donde haya espacio para el ahorro, como el hecho del gasto farmacéutico, donde esperan ahorrar 1.500 millones adoptando algunas recomendaciones de la AIReF, como imitar la subasta de la luz en los fármacos, llegando a reducirse hasta los 2.500 millones.

La subida del SMI no ha tenido efectos

En lo laboral, la Autoridad Fiscal no estima que la subida del salario haya tenido un efecto negativo en el mercado laboral. Por su parte, la AIReF auguró que ese efecto negativo se llevaría por delante 40.000 empleos pero han admitido que los cálculos no se produjeron en el arranque de años. De todas formas, se seguirán vigilando los impactos en el futuro.

Fuente: ABC.